エクアドルのオスワルド・モレノさん

Mi nombre es Oswaldo, tengo 5 niños, y dos de ellos tienen diabetes. El mayor Joel con 17 años y la niña de 7.

A Joel le diagnosticaron diabetes hace 5 años atrás, cuando solo tenía 12 años. De un momento a otro se puso mal, comenzó a adelgazar mucho, se sentía débil y se ponía muy pálido. Su mamá y yo lo llevamos de hospital en hospital buscando respuesta de lo que le estaba pasando a Joel pero nadie nos podía decir que estaba pasando.

Al tercer hospital que lo ingresamos, después de una larga espera nos pudieron decir que Joel tenía diabetes. En lo personal no tenía ni idea de lo que era la diabetes pero los doctores me dijeron que debíamos internarlo, nosotros hicimos lo que todos los padres harían y fue hacerles caso a los doctores.

Joel estuvo internado durante 25 días donde lo tuvieron con dietas y bajo medicamentos. Después de 25 días en el hospital, él ya no quiso estar ahí, me decía que lo sacara, que le diera más comida y ya no sabíamos que hacer.

Dentro del hospital alguien le comento a la mamá de mi hijo que había una fundación que quedaba al norte de la ciudad y se especializaba en esta enfermedad.
Después de hablarlo decidimos sacar a nuestro hijo del hospital y aunque los doctores nos dijeron que no lo podíamos sacar, lo hicimos ya que no había una mejora y lo único que hacía mi hijo es estar acostado en una cama sin poder disfrutar o divertirse y mostrar una actitud negativa, y sin recibir ningún tipo de educación diabetológica.

Después de salir del hospital, buscamos la fundación y hablamos con la Presidente Educadora en Diabetes, Aracely, una vez dentro de fundación encontramos respuestas sobre la diabetes, de que se trataba, como tratarla y como enfrentarla, que podíamos darle a Joel y que no; fue un gran alivio para nosotros.

Por otro lado Joel mantenía una mala actitud, (rebeldía contra la diabetes no aceptaba no se pinchaba no se hacia las glicemias, no salía de casa, dejo de jugar pelota en barrio con sus amigos) aún con la fundación en el comienzo él no quería saber nada, es más, no quería ir a la fundación. La actitud no mejoraba, no quiso estudiar y se retiró del colegio. La razón principal fue porque un profesor le hiso una broma con respecto a la diabetes y a mi hijo le afectó mucho.

Como padre ya no sabía qué hacer, por un lado estaba tranquilo que podía ayudar a mi hijo con la enfermedad pero por otro lado no podía hacer nada con la actitud y la personalidad de él. Nosotros le contábamos todo esto a la doctora y ella nos dijo que la fundación organiza un campamento y que ella quería llevarse a Joel y hacerlo pasar más tiempo con otros niños en el campamento.

Al principio lo dudé y con recelo le propuse a mi hijo para que vaya al campamento y se negó rotundamente. Aún faltaba para el campamento así que mantuve la esperanza de que cambie de opinión. Llegó el día del campamento y le pregunté nuevamente y le dije que era una nueva oportunidad para él, y para mi sorpresa, aunque con una actitud media pesada, me dijo “está bien papá”.

Por un lado me alegré pero por otro lado estaba preocupado por como resultarían las cosas en el campamento, ya que si él mostraba su mala actitud que había tenía hasta ese momento podría dañar el campamento para todos.

Al irse le dije que se portara bien y ni bien pasaron las horas llamé a la doctora para verificar como se estaba portando y así fue todos los días.
Para mi sorpresa, la doctora no tenía más que buenos comentarios acerca de él y es más, me decía que era bromista y juguetón. En ese momento dije entre mí, gracias Dios y gracias Fuvida. Una vez que regresó del campamento era otro y pude ver ese cambio, pude ver ese chico que me había dicho la doctora que vio en el campamento.

Sin embargo, hace un año atrás mi hija menor con tan solo 6 años, comenzó a mostrar síntomas, la llevé al hospital y le detectaron diabetes.
Fue un golpe muy duro, pero en ese momento el ejemplo de Joel nos sirvió de mucho, y por más que con ella teníamos que tener más cuidado ya que no se puede administrar sola las dosis de insulina, ella veía a su hermano y tuvo un gran apoyo en él y nosotros tuvimos un gran apoyo en él.

La verdad que si te dicen que dos de tus hijos tienen diabetes, es algo que te golpea mucho, pero gracias a la fundación hemos podido seguir adelante. Se puede decir que la fundación entró a nuestra familia y pasó a formar parte de ella, y a eso solo tengo palabras de agradecimiento.